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Por Cris López.

 

El 24 de marzo de 1976, la presidenta María Estela Martínez de Perón debía ser trasladada en helicóptero hacia la quinta presidencial de Olivos, pero los militares decidieron cambiar el rumbo del viaje y la llevaron hasta el Aeroparque Jorge Newbery. Allí las Fuerzas Armadas le dijeron que quedaba destituida y que ellos se harían cargo del poder político. La tuvieron detenida durante 5 años, mientras en nuestro país ocurría lo que ellos llamaron como “Proceso de Reorganización Nacional”.

Siete años duró la dictadura. Años en los que nuestra economía quedó con deudas que nos persiguen hasta el día de hoy, años en los que la gente tenía miedo de ser quien era, de estar con sus amigos y que por alguna razón los militares decidieran llevarlos, años en los que las madres y sus hijos eran desaparecidos y buscados por las Abuelas de Plaza de Mayo, años de tortura, represión, censura y exilio.

Los músicos estaban en el ojo de la atención, al ser personas públicas tenían que tener cuidado con los mensajes que daban en sus canciones, algunos fueron detenidos en centros clandestinos, muchos tuvieron que exiliarse. El rock fue el género musical más perjudicado, como era consumido por los jóvenes, se decía que era de carácter subversivo, lo contrario a lo que ellos querían establecer: el “orden” a través de la represión. Los temas eran elegidos específicamente para pasarse en las radios, los que tenían contenidos “subversivos” eran censurados o se pasaban por partes. A partir de 1977, la situación empeoró: los grandes recitales eran prohibidos.

Pero esto no siempre fue así, la música fue utilizada por y para su antojo, sabían que podían darle el uso que ellos quisieran. Y así lo hicieron, en 1982, mientras mandaban a decenas de jóvenes a luchar contra los ingleses en la Guerra de Malvinas, acudieron a las bandas de rock para dar el mensaje que ellos querían transmitir, tranquilidad.

El 16 de mayo de 1982 se realizó en Buenos Aires el Festival de la Solidaridad Latinoamericana bajo el lema “Mucho rock por algo de paz”, con artistas como León Gieco, Charly García, Luis Alberto Spinetta, entre otros. Charly García contó años después: “A mí no me copaba ni medio ir a ese festival. Pero es como cuando tenés un amigo enfermo: aunque no te guste el hospital tenés que ir. Porque pese a todo el bullshit, los pibes que estaban peleando eran reales y bien podría haber sido uno mismo Estar en ese festival era una forma de hacerles el aguante a ellos y no a los milicos. Había que estar.”

Les dejamos un mini documental para adentrarse más sobre la historia del rock nacional durante la dictadura:

 

 

 

Cris López /twitter: @ccris_lopez /instagram: @crisrlopez_

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4 Comentarios

  1. Triste recuerdo. Lo he vivido en mi adolescencia lamentablemente. Un poco lo que pasa hoy con los músicos en Venezuela y otros países seudo democráticos. Me gustaría leer acerca de lis músicos exiliados en otros países latinoamericanos hoy para que no nos olvidemos la relevancia absoluta de la libertad.

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